'Influencia Nazarí en los sistemas constructivos de las fortificaciones cristianas en la Alhambra. De Ramiro López a Pedro y Luis Machuca': Jorge Cala

La Alhambra sigue siendo una fuente inagotable de conocimiento unos 800 años después de haber sido construida como residencia real para el primer monarca nazarí de Granada, Mohamed ben Al-Hamar (Mohamed I, 1238-1273). En el marco del Año Europeo del Diálogo Cultural, ayer se inauguró en el Palacio de Carlos V el curso 'La Alhambra: patrimonio y diversidad cultural', que reúne esta semana a unos noventa estudiantes en torno a las conferencias impartidas por una veintena de filósofos, trabajadores del monumento y profesores universitarios especializados en diversidad cultural.

Pero la diversidad cultural no es una utopía de los tiempos que corren, basta echar la vista atrás -concretamente al periodo que comprende los siglos IX a XIV- para encontrar una ciudad, Granada, con mucha libertad social fruto de una gran mezcla cultural. «Cristianos, judíos, árabes de Oriente, del norte de África, de origen visigodo, todos convivían e intercambiaban experiencias en la Granada árabe», recordó Hamid Triki, profesor de Historia Medieval de la Universidad de Marrakech.

Triki recalcó que los intercambios que se produjeron en aquella época, además de culturales, también eran sexuales. «Con cautivas, con esclavas... Muchos musulmanes mantenían relaciones con mujeres judías o cristianas. Algunos sultanes de Granada tuvieron madres de origen cristiano», incidió el experto marroquí en la charla titulada 'Mestizajes culturales en Granada en el periodo nazarí'.


Fiestas comunes

Incluso las festividades religiosas se compartieron entre las distintas culturas. El Año Nuevo, San Juan y la Fiesta del Vino eran celebradas por todos, independientemente de sus creencias. Hamid Triki también aludió al sentido del humor que algunos personajes gastaban en estos siglos: «Años antes de la Reconquista una mujer acudió al sultán para denunciar que le habían robado en Granada, aunque fuera de la Alhambra. El máximo dirigente le respondió que eso era imposible porque todos los villanos de Granada, incluido él mismo, se encontraban dentro de la Alhambra».
Más allá de lo popular, incluso los científicos árabes y cristianos, particularmente en la época de Alfonso X El Sabio, eran colegas que mantenían buenas relaciones. «Hay una frase escrita en una carta por el gran intelectual y visir Ibn al-Jatib (Loja, 1313) que dice 'mi amigo Pedro el Cruel (rey de Castilla y León)», apostilló Hamid Triki.

Que este entendimiento e influencias mutuas existieran en campos como el canto, la poesía y la literatura es lo más importante para el profesor marroquí, «porque hablamos de lo más profundo del ser humano, de lo más sensible. Aún hoy en Marruecos y Argelia existe esa música típica andalusí fruto de siglos de convivencia».

«No nos engañemos, aunque el país vivía una época de guerras y de política expansiva, el pueblo convivía de una manera muy lograda», señaló el historiador, quien destacó que aún hoy es fácil encontrar arte mudéjar cristiano en La Alhambra islámica.

«Es que este monumento ofrece aún muchos motivos de reflexión y nos ayuda a buscar respuestas a conflictos del mundo contemporáneo», dijo Mar Villafranca, directora del recinto y de este curso, organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada, que, con distintos enfoques y metodologías, busca aproximarse a su pasado y a su presente, «a su permanente lección intercultural».


Ejemplo de cordialidad

«Lo importante de todo esto es el mensaje hoy. Si durante un siglo existió un ejemplo de cordialidad entre estas culturas, eso supera todos los conflictos. Es lo que debemos pensar. Nuestra responsabilidad es preparar el terreno para que eso sea posible en el mundo actual», concluyó Hamid Triki.

Los expertos coincidieron en un diagnóstico: «Es un milagro y una suerte que el palacio nazarí siga 'vivo' hoy en día por todos los avatares en su contra sucedidos a lo largo de la historia».
Esta semana se sucederán conferencias que repasan conceptos muy conocidos como 'Las decoraciones de la Alhambra musulmana y cristiana', y otras que ofrecen visiones más novedosas, como 'La Alhambra en la teoría poscolonial norteamericana', a cargo de José Antonio González Alcantud, profesor de Antropología Social de la UGR. Todas ellas, sin embargo, serán abanderadas de la diversidad y la integración en el marco de un diálogo cultural.

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