Cultura invertirá 600.000 euros en la restauración de las torres defensivas de la Huerta Ferrer y Sarrió (Alicante)


La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Alicante va a invertir 600.000 euros en las obras de restauración de las dos torres defensivas de la Huerta de Alicante que son propiedad municipal: Torres Ferrer y Sarrió. Los proyectos para rehabilitar estos baluartes defensivos contra los los piratas que asolaban la costa alicantina en el S. XVI han sido presentados esta mañana por el concejal de Cultura, Miguel Valor, por el arquitecto redactor de los proyectos, Marius Beviá, y por el técnico conservador municipal Pablo Rosser. Según han manifestado, las obras se prevé que estén concluidas en la primera mitad de 2009.

Las torres apuntadas, Ferrer y Sarrió, están catalogadas como Bienes de Interés Cultural, con la categoría de monumento. Se encuentran en la zona de la Condomina y su estado es de deterioro. Son dos de las 19 localizadas en el término de Alicante. Hay otras en San Juan y Mutxamel.
Los presupuestos para acometer las obras de estas dos fortificaciones suman 596.672 euros. De ellos, 175.000 se destinarían a la torre Ferrer, visible en la calle Licia Calderón, y 420.000 euros a Sarrió, situada en la rotonda de la Avenida Miriam Blasco que entronca con la Gran Vía. La Consellería de Cultura ya ha facilitado los permisos para que puedan empezar los trabajos.
El concejal Miguel Valor ha precisado que tan importante como la rehabilitación es el destino final que se de a ambos edificios. Valor ha indicado que se está en contacto con diversas asociaciones ante la posibilidad de dedicarlas a uso cultural y ciudadano: la creación de un centro de interpretación para explicar la importancia que tuvo la Huerta de Alicante y la defensa de las torres se baraja como probable, según han coincidido los tres portavoces.

Los restos de la torre Ferrer se aprecian en el antiguo camino de la Albufereta, en un pequeño solar de 18 metros por 14 metros, junto a la calle apuntada. Los alrededores de la torre están edificados sin haberse tenido consideración por este bien cultural, según han expresado en la rueda de prensa. Con posterioridad a su construcción, a la torre se le adosó una vivienda, que utilizó parte de la defensa como habitaciones, para lo que abrieron huecos y balcones. El proyecto de restauración contempla rodearla de arbolado que la aísle de los edificios cercanos. El plazo de ejecución de las obras es de cuatro meses, tras su licitación.

La torre Sarrió se encuentra hundida unos 75 centímetros por los movimientos de tierras de las calzadas circundantes. Su antiguo propietario, en la década de los años setenta, hizo obras en la misma, sin criterio patrimonial, y modificó su envergadura. El edificio ha estado unos años abandonado.

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